El club Cannábico "La Chamaneria" nos muestra su corazón desde dentro. Su presidente, José Romero, nos cuenta su trabajo y contribución con la sociedad de la mano de este excelente espacio cannábico.
Barcelona es una ciudad encantadora en la cual tienes que andar a pie la mayoría del tiempo para poder disfrutarla. Muchos incluso creen que pronto eclipsará a Amsterdan como la ciudad más amigable de Europa con relación al cannabis. Luego de caminar un poco por las calles, te das cuenta que —a pesar de la cantidad de clubes cannábicos existentes y tener una de las ferias del cáñamo más grande del mundo— no se ve a nadie fumando marihuana en la calle. Los clubes alejaron a los usuarios y pacientes de las calles, dándoles el espacio, seguridad y la privacidad de poder ejercer sus derechos de asociación y autoabastecimiento. El Club Cannabico La Chamaneria es privado y solo se puede ingresar con una recomendación de un socio en actividad, otros clubes permiten el ingreso de turistas previo contacto vía web. Al ingresar, debes llenar
una solicitud con tu información personal y firmar un acuerdo aceptando las reglas de conducta de los socios, nada fuera de lo común, solo comportarse como un buen ser humano que respeta las leyes y a las demás personas. Recibirás un carnet de socio que te permitirá acceder a todas las maravillas adentro. Al entrar, te sorprenderás que sea tan cool y acogedor —como la cafetería de la recordada serie Friends— y ni que decir de la amabilidad del personal del club que te hará sentir como en casa.
A punto de cumplir su sexto aniversario, José Romero, presidente del club, nos comenta el trabajo de integración del usuario con la sociedad que vienen realizando, y está de más decir que ha sido muy exitoso. La marihuana aún es ilegal en España, a pesar de que existe voluntad política como nos comenta José. La legislación de Cataluña reguló y permitió el uso del cannabis por un periodo corto, fue el gobierno central quien puso fin a esta iniciativa regional. Uno de los beneficios más importantes es la reducción del narcotráfico en la ciudad, debido a que puedes comprar cannabis y consumirlo con toda seguridad y tranquilidad
en un club, rompiendo los tabues y mostrando que los estos espacios son positivos para la sociedad. Desde que el cannabis se convirtió en un commodity lucrativo y grandes corporaciones quieren monopolizar su producción mundial, las legislaciones de todos los países retrocedieron y la persecusión a pacientes y usuarios se hace más evidente. España tampoco se libró del problema de egos que dividen a activistas y que tanto afecta a Latinoamérica, otra razón importante para que las corporaciones ganaran terreno. No se termina de entender que todos tenemos el mismo objetivo en común, aunque nos separen barreras ideológicas.