Con el paso del tiempo, muchos usuarios optan por el cultivo personal para economizar gastos y dejar de contribuir al mercado negro. Entérate por qué lo aconsejable es empezar con plantas pequeñas

Si estás pensando en tener tu propia planta de cannabis lo más probable es que todavía no entiendas muchos conceptos del arte del cultivo. Y es que para considerarse un verdadero grower hace falta años de experiencia. Seguro tu mente tiene proyectada una imagen de un gran árbol de marihuana en el patio de tu casa. Y claro, a cualquiera le parecería genial tener algo así, pero la realidad del tema es otra.

Llevar un cultivo de cannabis es un proceso que se comprende de muchos pasos. Germinar una semilla es solo el primer —y, tal vez, más fácil— paso de una serie de procedimientos de suma complejidad. Una vez que la utopía del crecimiento se vuelve realidad, vienen las tareas más complicadas para acompañar y fortalecer el desarrollo de la planta.

Cuando las plantas estén listas para ser cosechadas, el secado será la etapa final clave para lograr el sabor y la calidad en nuestros cogollos. Por eso, es aconsejable empezar en el campo del cultivo con plantas pequeñas, para que todas estas complejas instrucciones no se vuelvan un dolor de cabeza. A continuación, te dejamos algunas razones por las que te sugerimos esto.

Estarás a salvo de las miradas curiosas

Debes saber que, sin importar el tamaño, las plantas de cannabis huelen, y huelen fuerte. A menos que dispongas de un armario con ductos de ventilación y filtros de carbono, el olor será un problema frecuente. Sin embargo, con una planta chica, estarás seguro de que ningún vecino o transeúnte curioso pueda observar a tu pequeña.

Pero si te sientes muy confiado con la ingenuidad de la gente, déjame decirte que los policías y personas de ley conocen muy bien el olor. No solo investigarán qué y cuánto tienes, sino que es muy probable que te ganes un problema legal si no tienes una receta o un diagnóstico médico que avale tu cultivo. Además, los amigos de lo ajeno no están exentos de ser tentados para sustraer tus plantas. En fin, ten en cuenta que, sobre todo con cannabis, la seguridad debe ser siempre prioridad.

Será tu campo de entrenamiento en el cuidado de un cultivo

Cuando tu planta vaya creciendo, tienes que observarla siempre en todas sus dimensiones, darle una mirada de 360°. Lo recomendable es que siempre inspecciones cada tallo, hoja y brote que tenga, con paciencia para que puedas detectar cualquier anomalía. Tendrás que ayudarte con las manos, arrodillarte o doblar medio cuerpo en ciertas ocasiones. Solo así podrás evitar plagas y enfermedades de tu planta.

Si lo que tienes es un gran árbol de marihuana, este proceso podría tardar días enteros. Además de necesitar una escalera para hacerlo, lo que podría ocasionarte una aparatosa caída, pues (te lo repetimos) cuando revises tu planta tendrás que mover la cabeza y el cuerpo de mil maneras. Lo peor que puede pasar, es que, por la incomodidad, termines aborreciendo este tan importante proceso o, peor aún, decidas nunca más volver a cultivar y recomiendes lo mismo a quienes conoces.

El secado será más fácil

Esperar tener abundantes ramas por colgar parece un sueño, un sueño que no está tan lejos de la realidad, si es que así te lo propones, claro. Pero la verdad es que no te imaginas lo tedioso que puede resultar secar esa cantidad de cannabis. Para que tus cogollos queden con buen sabor y consumibles tienen que secarse uniformemente desde afuera hacia adentro, y viceversa. El tiempo que una amplia cosecha demorará en secar será de acuerdo a la cantidad de marihuana que se tenga, por eso es mejor empezar con una cantidad razonable.

Una vez que sientas tus cogollos bastante secos por fuera, almacénalos en un recipiente que sea hermético, esto eliminará la humedad restante en la planta. Si dejas tu cosecha humedecida, puedes estar propenso a contraer enfermedades o infecciones por problemas de moho u hongos.

Sabor impecable

La Emerald Cup, o Copa Esmeralda traducida al español, es una celebración comunitaria realizada en California y que reúne a miles de amantes del cannabis. Allí se reúnen también expertos, educadores, agricultores y empresarios de todo el mundo. Uno de sus principales atractivos es escoger la cepa con mejor sabor del año, y (¡oh, sorpresa!) los cogollos más sabrosos son fruto de plantas chicas.

Además de eso, las plantas tienen como objetivo principal reproducirse. Una planta grande puede presentar más problemas, por lo que se estresará y dejará de hacer tareas innecesarias (como brindar un mejor olor y sabor) para avocar todos sus esfuerzos en reproducirse. El estrés que esto pueda desencadenar será transmitido a todas y cada una de las partes (frutas, flores, resina, semillas, etc.) del vegetal.

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